Particularidades
Kaulas da la bienvenida al forastero en un bosque de poca densidad que conduce hasta el abismo. Desde allí abajo, los gritos y risotadas alzan un clamor que estremece al temerario que desee seguir adelante. Un puente levadizo se descuelga cuando la llegada del foráneo es anunciada y Velzur accede a recibirlo; o tal vez se trate solo de un juego y en pleno avance, el suelo desaparezca bajo los pies de esa pobre alma.
De completar el acceso, se llega hasta un páramo de inacabable extensión que muestra una tierra yerma, muerta y vacía, un lugar peligroso donde se hace urgente encontrar la forma de adentrarse bajo tierra, pues Kaulas es una ciudad subterránea, apartada el éter y hasta del aire más respirable.
Angostas galerías se abren en forma de calles, dando cobijo a los vampiros que moran con la Primigenia. Casas esculpidas en la misma roca, iluminadas solo por las antorchas que devoran la oscuridad. Corrientes de ríos subterráneos se dejan oír desde los accesos principales a Kaulas, pues la superficie desde la que se llega está minada en muchos puntos. Minas desde las que Ántico ha tratado de adentrarse en numerosas ocasiones, buscando una alternativa para llegar hasta el terrorífico e imponente castillo de Zessa Velzur. Una fortaleza, igual que las casas kaulasianas, esculpida en la propia tierra bajo la que se erige, asfixiante, claustrofóbica, llena de celdas y mazmorras, donde los gritos de los prisioneros son ya una melodía cotidiana.
Una terra minada, decíamos, y no exenta tampoco de protección ante aquellos que se atreven a intentar surcar caminos alternativos. Las sepulturas son espectros que moran bajo tierra y que sepultan, haciendo honor a su nombre, a todo el que se adentra en las galerías kaulasianas con un arma en las manos.
Fuera de ellas y en la extensión de sus vastas llanuras también puede encontrarse al Redentor, encargado de perseguir a quien moran sin permiso sobre la superficie de la ciudad vampira.
Los vampiros convertidos directamente por Zessa Velzur son dueños de unos dones que la Primigenia no quiere ver extendidos. Por esa razón, suelen ser sus acólitos quienes acometen las transformaciones con otras criaturas. Esto es algo que pueden llevar a cabo con los lúzaros (elfos, humanos, feéricos y mareas), pero no con los noctis. El mordisco de un vampiro en un hijo del Imperio de la Noche causa unos efectos diferentes y pueden llegar a desencadenar situaciones muy distintas, desde resultar inofensivos (es habitual que los soldados enemigos reciban mordeduras vampíricas) hasta causar la muerte u otras enfermedades de más o menos difícil sanación.
La sociedad kaulasiana es muy hermética, más allá de su forma de vida (ciudades subterráneas y aisladas). Pocos son los vampiros que han salido de Kaulas después de ser transformados con la excepción de los soldados, las Tinieblas de Velzur.
Zessa concede nulo valor a la vida de su gente, pero es consciente de que precisa de unos cimientos que asienten su tranquilidad en el dominio de los vampiros. Así, bajo su mando, ha conformado a una sociedad noble a la que mantiene contenta y en la que puede sembrar algo parecido a la confianza; al menos mientras las cosas no se pongan feas.
Condes y Duques conforman un todo situado un peldaño por debajo de ella misma. En su compañía organiza fastuosas fiestas donde el libertinaje y el desenfreno son protagonistas.
La importancia de la magia en Kaulas es considerable y es, precisamente, a esa curiosa forma de nobleza a la que insta a azuzar a sus hechiceros para dar con aquello que busca, con lo que desea ver cumplido. Conseguirlo es la diferencia entre la vida y la muerte.
Forma de Gobierno
Zessa Velzur es la vampira Primigenia, reina de Kaulas. No precisa del consejo de nadie, aunque, en ocasiones, atiende al de la Noble Sociedad que ha conformado.
Excéntrica en su comportamiento, caprichosa y cruel, como vampira inmortal, Zessa no ha delegado en nadie la herencia de su trono, pero la esencia oscura de la vampira será la encargada de hacerlo.
Fuerza Militar: Las Tinieblas de Velzur
No puede decirse que sea uno de los ejércitos más poderosos de Átraro, a pesar de la dificultad que supone la guerra en Kaulas. Tampoco una fuerza desdeñable, debido a los dones de los que la vampira aprovisiona a sus soldados.
Sin embargo, la nula importancia que Zessa concede a su gente hace que perder vidas no sea sino un contratiempo que trata de solventar multiplicando el número de conversiones. Sin embargo, esto no ayuda a las Tinieblas a fortalecer su potencial como legión. Son numerosos sus batallones, pero poco disciplinados y menos ordenados.
Aun así, precisamente el punto fuerte de Zessa y sus Tinieblas está en la facilidad con la que suple a hombres y mujeres, desgastando a sus enemigos y minando su capacidad.
Símbolo: la Drae, la primera piedra, junto a la Gárgola Madre
A pesar de que el Imperio ántico se ha apropiado de la figura de la Gárgola Madre, haciéndola suya, son muchas las razas y pueblos que la consideran en sus mitos y su folklore.
Es el caso de Kaulas. La Drae es considerada la primera piedra que la Gárgola colocó sobre el mundo para darle forma y, según antiguas leyendas, la piedra fue extraída de las viejas minas de Kaulas. De hecho, la propia Zessa Velzur lleva en ocasiones colgando de su cuello una joya con esa forma.
Mitología y dioses: Inframundo
Aunque Zessa no es muy dada a demostraciones divinas, su respeto hacia los Dioses Sacros es incuestionable y, de ese modo, se alzan templos de adoración en Kaulas.
Algo más dado que su propia reina a mostrar esa veneración, el pueblo kaulasianos sí dedica jornadas de ofrendas y sacrificios hacia los tres espectros que, según la mitología kaulasiana, trajo al mundo a tres vampiras primigenias para que lucharan por el dominio supremo. Solo una de ellas se alzó vencedora y hoy reina en la terra de Kaulas para orgullo y satisfacción de los Kaulasianos.
Si bien Zessa podría desmentir o confirmar el mito, nunca ha hecho alusión al mismo; al menos, no en su terra.