Particularidades
Domarna es una de las cinco terras brujas, dueña de una peculiar geografía. Al sur, bosques de espesa arboleda, dan la bienvenida desde la Vía Negra, que se acerca en el territorio sin llegar a invadirlo. Al norte, sin embargo, en su delimitación con Catarno, el árido desierto difumina una frontera cuya escasa nitidez va más allá de lo físico. La relación entre la denominada biterra siempre fue algo complicado de definir. Alianzas y rupturas fraguaron una sociedad de altibajos, de conflictos y amistades, de hermandad y traición.
El viento es, además, un elemento de especial relevancia en la terra bruja, pero de una forma diferente al modo en el que lo es en Ántico. Si en esta última, su latigazo es una extensión del modo violento en el que la terra imperial desea imponer su dominio, en Domarna es una caricia suave que favorece a sus gentes, no ya solo en la forma en la que este suaviza las temperaturas, sino por todo cuanto el elemento comporta allí.
El Camino de Fuego y el río Erlos unen a Domarna con Catarno de un modo especial y desde el enorme castillo real ambos son perfectamente visibles. Sus calles son blancos empedrados que semejan alfombras y sus casas, elegantes y sólidas, una extensión de las mismas. Luces mágicas confieren una iluminación cálida y serena a su noche en una de las ciudades más atestadas de Átraro. Un lugar donde la magia posee una importancia considerable. De ella desea mantenerse la pureza, utilizarla en los cauces de lo correcto, aunque en ocasiones un rey hace... lo que tiene que hacer.
Las terras brujas de Catarno y Domarna son algo diferencial dentro de la geografía átrara. Entre ellas mismas poseen multitud de aspectos de lo más dispares, pero juntas conforman un todo que se complementa a la perfección. Si Catarno es caos, Domarna es orden; si Catarno es jolgorio, Domarna es rectitud. Y así, mediante sus gobernantes, han logrado encontrar un necesario equilibrio.
El carácter de sus gentes es famoso por su determinación, algo que siempre ha quedado patente y representado en sus reyes y reinas. Hombres y mujeres gobiernan por igual y en la elección del candidato correcto no influye sino su preparación y su capacidad, aunque ciertamente la edad es algo estrechamente ligado a esto. Así pues, los hijos mayores poseen una ligera ventaja sobre los menores, sin que eso resulte un aspecto determinante.
Y en la decisión final tendrá mucho que ver la palabra de la Cámara Antigua, un órgano de asesoramiento al rey o reina, conformado por hombres y mujeres longevos, sabios y curtidos en el estudio de la historia, la política y demás aspectos de vital relevancia y conocimiento en un soberano. De hecho, el peso de estos es tan grande que por momentos parece competir con la relevancia del propio rey.
Por último, otro de los aspectos en los que Domarna destaca es en el doma de caballos, hermosos ejemplares que se adiestran en función del uso que vaya a dárseles, criaturas generalmente llegadas desde las estepas, más altas que un caballo común y que compiten en belleza y nobleza con los conjuros ánticos. Apreciados y protegidos debidamente cuando toman parte en el noble arte de la guerra.
Forma de Gobierno
Desde tiempos inmemoriales ha sido la figura del rey la que ha tomado las decisiones importantes en la terra bruja de Domarna y la que ha dirigido a su pueblo de la mejor manera posible.
Acompañada siempre del sabio consejo de la ya citada Cámara Antigua, Domarna ha sabido mirar al frente, sortear sus dificultades y convertirse, junto a Catarno, en la mayor fuerza de resistencia de Átraro contra el Imperio brujo de la Vakko.
La reina Lánarkel será la primera soberana a la que conozcamos y ella fue la que ordenó una de las remodelaciones más importantes del castillo domarnés, erigiendo tres torres iguales, cada una en honor a uno de sus tres hijos.
Fuerza Militar: Los Señores del Ocaso
Las Jaurías constituyen una poderosa legión de guerreros licántropos que luchan bajo su forma humana y también la del lobo, respaldados por el poder de los druidas negros que velan durante la batalla de la misma manera que, fuera de ella, lo hacen por el bienestar de las manadas en los diferentes clanes.
Símbolo: la Biálaguila
El Águila había sido el animal que siempre había simbolizado a la terra bruja de Domarna, pero tras el matrimonio de la reina Lánarkel con el rey Fent, fueron dos las que compartieron escudo, representando cada una de ellas a las distintas terras, redoblando la protección que, simbólicamente, ejercían sobre ella.
A las dos águilas o el águila de dos cabezas se la conoce como Biágiula y es un emblema común entre Catarno y Domarna.
Mitología y dioses: dioses del viento y algo más
Domarna rinde culto a los dioses del viento, que traen, en su caricia, vaticinios, advertencias y hasta misiones.
En la terra bruja existen hechiceros encargados de discernir los mensajes que llegan y, hasta el rey o reina es instruido en el arte de la interpretación del viento.
Del mismo modo, la unión con Catarno unificó elementos que se emplean en la práctica de esta compleja disciplina. Leer los mensajes que el viento trae en la arena que se esparce por el suelo del castillo real o de la propia ciudad.
La mística de Domarna, además, se mezcla en la terra bruja con la realidad, pues las historias también hablan de las galdrákonas, espíritus del desierto que pertenecen al folklore catarnés. Tras su compromiso con la reina Lánarkel, el rey Fent le regaló a esta dos galdrákonas, pese a la complejidad que exige cazarlas.
Por último, las leyendas e historias en Domarna hablan también de las Ráfagas, espectros de viento que moran en las zona desérticas.