


¿Puede la muerte ser un principio? Eso se pregunta una joven, mientras pasea sus pies descalzos a través del camposanto de su ciudad, golpeándose a cada paso con la cruda certeza de la muerte. El final de todo. ¿Y dónde queda cuanto hicimos? ¿Quién lo recordará? El paso del tiempo y el olvido sepultarán proezas y equivocaciones. Sepultarán todo. Y bajo la angustia que le genera ese pensamiento, la hija del Kaisar se propone ser recordada más allá de los albores del tiempo, una forma de inmortalidad.
Su nombre es Daxta Vakko y, a pesar de sus vivencias, que puedes conocer en el primer relato correspondiente a la colección 'Memorias Dinásticas', ella es la primera en asentar el apellido de la dinastía bruja. Las consecuencias de sus actos y decisiones, como digo, se reflejan en Daxta: la emperatriz, pero digamos que no son finalmente las que ella deseaba. Sin embargo, es a ella a quien se considera la primera emperatriz de la dinastía Vakko, que se prolonga a lo largo de sus 600 años de historia.
Así, podríamos englobar a las cuatro primeras emperatrices en un lugar a parte, pues en nada movió a ninguna de ellas el ansia conquistadora de sus sucesoras. Ni a Arvia ni a Luaran ni a Umbra, encargadas de fortalecer el peso de su apellido.








DAXTA
ARVIA
LUARAN
UMBRA
Y aquí es donde cambia la historia. Tanray Vakko, la quinta emperatriz. Convencida de que el trato que las demás terras le dispensan a Ántico no es el que esta merece, Tanray, a la que conocemos muy bien, lleva a cabo su propia cruzada contra esta situación. A pesar de las voces que tratan de alertarla y serenar su carácter incendiario, ni sus hermanos (tiene un hermano y dos hermanas) ni el Consejo de Nix consiguen templarla.
Tanray se presenta en casa del rey Legar, soberano de Catarno, y lanza sus exigencias con un tono poco amistoso que el rey no se toma demasiado en serio. Tanray es relativamente joven, pues asciende al trono con apenas 20 años y desde ese momento han transcurrido 4. Aun así, la insistencia de la emperatriz lleva a Legar, soberano catarnés, a aceptar la declaración de guerra de Tanray. Una declaración que acaba haciéndose extensible hacia cualquiera que no acepte las exigencias de la ántica. La situación empieza a flotar en una calma tensa que amenaza con convertirse en insostenible si la determinación de la emperatriz no ceja. Catarno, Domarna, Intora, Kaulas, Imblion, Vieros, Arleah y Trásaro acabarán sufriendo las iras de la emperatriz, que da inicio a una cruzada insostenible para su propio gobienro.
Consciente de eso, ella misma emprende un camino incierto hacia los mares oscuros en busca de algún tipo de garantía o soporte que incline la balanza en su favor. Para conocer todo cuanto aquí acontece será necesario sumergirse en 'Caronte - Trece Tronos 8: el Origen de la Dinastía'. Ciertamente este momento fija un antes y un después, no solo en la trama, sino en la historia de la dinastía Vakko. Y es que en Necron, Tanray dará con algo inesperado y muy tentador.
La llegada de Caronte modifica incluso la geografía del Imperio de la Noche, surcando su tierra un extraño mal que da forma a la Vía Negra, un camino oscuro que el barquero de la muerte recorrerá en forma de río cada cien noches, cumpliendo así la parte de un oscuro pacto sellado con Tanray, una maldición. A partir de ese momento, a la dinastía Vakko se la conocerá como 'la dinastía marcada' y muchos consideran el gobierno de Tanray como el inicio de una era oscura y diferente. Ántico se sume en guerra con el mundo.


TANRAY
En una época de cambios convulsos, sin embargo, asentar un gobierno no resulta fácil. Tanray tiene dos hijas, una bruja y una vampira, una extraña anomalía que, sin embargo, se da en más ocasiones de las que muchos pudieran llegar a imaginar. Después de su pacto con Caronte, a la emperatriz se la conoce como 'la inmortal', pues eso es cuanto espera de sí misma y de su gobierno; así, su hija Listhy pasa a ser conocida como 'la eterna princesa', pues nunca ocupará su lugar en el trono. Tine, la vampira, ocupa siempre un segundo plano y, según las crónicas de la época, es ninguneada por su madre, debido a su condición de vampira. Listhy y Tine llevan una vida similar, son gemelas y han compartido mucho, a pesar de lo cual no son pocos los que aseguran que la relación entre las dos princesas, no solo es fría, sino mala, algo de lo que se ha encargado su propia madre, celosa de su condición y cautelosa ante el hecho de que ningún vínculo pueda llevar a las princesas a conspirar algún día contra ella.
Esto lo consigue con Tine, martirizada con la idea de agradar a su madre, pero no con Listhy. La joven bruja es más decidida y su carácter, más aguerrido que el de su hermana. Eso le cuesta constantes problemas con Tanray, que la castiga de forma implacable. Y eso nos lleva a adentrarnos de nuevo en la octava novela de la saga y acompañar a la princesa en sus acciones para destronar a su madre en alianza con los esclavos.
Después de todo lo vivido en la citada novela, Listhy asciende al trono ántico y marca, otra vez, un punto de inflexión en la historia de la dinastía marcada. Una vez convertida en dueña del Quinto Trono de la Tormenta, Listhy descubre que los sinsabores de la silla son muchos más de los que había podido imaginar y, lejos de lo esperado, sus ideas no serán tan fáciles de cumplir. Átraro -o Noctia, como la conocen los lúzaros- está en pie de guerra contra el imperio de Tanray y, a pesar de los intentos de la nueva emperatriz por aplacar los ánimos, eso resulta imposible. Demasiado daño, demasiada sangre derramada y oscuros secretos que empiezan a reclamar su parcela.


LISTHY Y TÍNESSLY
Contra todo pronóstico, Listhy se hace con el trono con tan solo 15 años, apoyada por los esclavos, escasos aliados en el seno del ejército ántico y unos inesperados apoyos en la terra licántropa de Élathur. La emperatriz es solo una niña, pero todo cuanto le ha tocado vivir le concede una madurez suficiente para lidiar con las circunstancias, que no son pocas ni sencillas. Decidida a desterrar todo recuerdo de su madre, desaparecida, las legiones ánticas pasan a relegar el nombre de la Timoria y adoptar el de la Leggio, proveniente del kraático antiguo, una vieja lengua que nadie habla ya en Átraro y que sin embargo, ella fija como de obligado conocimiento para sí misma y la línea de sucesión. En el citado dialecto, 'Leggi ion' significa 'siempre juntos', una idea firmemente instaurada en el seno del ejército brujo de Ántico.
La Leggio se conformará desde entonces, por varias legiones: las Áureas, las encargadas de invadir y subordinar a tantas terras como sea posible; las Aes, las legiones de estabilización, encargadas de asegurar la paz en los territorios que la Áurea haya conquistado ya, sofocando rebeliones y asentando los dogmas del Imperio. La Argentum será la legión licántropa en los pactos alcanzados con la terra de Élathur, donde brujos y lobos lucharán por causas comunes en uno y otro.
A lo largo del gobierno de Listhy, las terras de Catarno y Domarna caerán, sumándose a las de Estyria y Telasia, que en su día, Tanray doblegó. Junto a Élathur, que entrega su lealtad al imperio brujo, la joven emperatriz llegará a contar con cuatro terras bajo el ala del Imperio. Y es que, ante la amenaza de esta, Ántico empieza a ser conocida como 'el Imperio'. Muchos son los que no comprenden por qué Listhy continúa con la guerra que inició su madre, a la que sigue buscando, pero al fin y al cabo, todos acaban por comprender que ego y ambición son tentaciones demasiado grandes para apartarse de un poderoso trono. Las formas de Listhy son diferentes, más suaves, diplomáticas en ocasiones, pero el fondo es el mismo. Y en el gobierno de la joven emperatriz muchos consideran instaurados algunos de los más aterradores símbolos de la Vakko.
El paso del tiempo asienta símbolos y certezas, aunque la actividad en el trono no deja de resultar convulsa. Nessalya, en primera instancia, acaba con las buenas forma de su madre y emprende una cruenta cruzada que le vale el sobrenombre de 'la sanguinaria'. Obsesionada por honrar a sus hermanos cuando estos caen en la guerra, los extraños sucesos acontecidos en torno a la Columna de los Honores amenazan con sumirla en la demencia, habiendo sumado solo una terra más a su dominio -Imblion-. De este modo, acaba por cederle el trono a su hija Ennah, cuyo gobierno no resulta mucho más sereno. Lo que de ella se deriva puedes leerlo en 'Ennah: la maldita - Memorias Dinásticas 8'.
La emperatriz sume a Ántico, probablemente, en una de sus épocas más complicadas a pesar de no haber pasado más que tres años en el trono. No son pocos los que aseguran que la historia narrada en las Memorias oficiales no es real, sino una conveniente adaptación que su hermano, el emperador Reddon Vakko, ordena construir. Otro nombre, este último, en el que merece la pena detenerse por ser el primer hombre en ocupar el Quinto Trono de la Tormenta, tradicionalmente destinado a las mujeres de la estirpe Vakko.
En este punto de la historia, Ántico ha perdido el dominio de Domarna, si bien ha sumado el de Arleah. Con distintas formas de proceder y salvando más obstáculos de los previstos, Ántico presenta pocas novedades en su mapa de conquistas. Intora y Vieros quedan fuera de toda lucha; la primera de ellas en cumplimiento con lo que Listhy estableció en su día, pues Aslur Hassul, el hombre que ejerció como su padre, era intorano y así lo fijó ella, una decisión interrumpida por su hija Nessalya y que Ennah retomó. La terra nigromante de Vieros, por su parte, quedó fuera al determinarlo así Ennah y viéndose incapaz Reddon de complicar más las cosas agrandando un mapa de objetivos excesivamente difícil ya.






NESSALYA
ENNAH
REDDON
Leybrand es la única hija de Reddon y ella dará inicio a una etapa de calma durante el gobierno aunque, respondiendo a la voluntad de cada emperatriz a partir de ella, las formas varían; no por su parte, que mantiene la ferocidad de su padre en las conquistas, pero sí por parte de su hija, la emperatriz Launya, a la que la historia bautizará como 'la Redentora', por su búsqueda de aplacar el daño, una búsqueda que su heredera Ealea finalizará con un nuevo recrudecimiento de las invasiones ánticas.




LEYBRAND
LAUNNYA
A pesar de la etapa dura al frente del trono, el saldo en estas tres generaciones es claramente negativo: si bien, el conflicto rápido iniciado con Vieros acaba tumbando a la terra nigromante bajo dominio del Imperio, esta no tardará en rebelarse dando inicio a una de las etapas más complicadas para el Imperio enfrentando la conocida como Revolución Oscura, a la que se suma también la pérdida de Imblion, territorio vampiro. Y esta es la herencia que recibe Hared Vakko, segundo hombre en ostentar el gobierno de la terra bruja, tras el asesinato de su madre, Ealea, y su padre.




EALEA
HARED
El ascenso al trono de Hared no está exento de polémica; es el hermano gemelo de Daeryan y no son pocos los que aseguran que Ealea prefería a este al frente de Ántico, al ostentar un carácter más sereno y templado que su hermano. Ealea es decidida e implacable en su hacer, pero también fría y comedida, por lo que desea que sea Daeryan quien la reemplace en su gobierno. No obstante es Hared quien toma el trono tras una ataque de los nigromantes que le hace creer que su hermano ha muerto. A pesar de corroborar poco después que eso no es así, el joven se mantiene en su posición con numerosos apoyos, asegurando, además, que Daeryan adolece de un extraño mal, causado por los nigromantes, que ha mermado su capacidad, no solo para sentarse en el trono, sino también para adoptar un papel relevante en el seno de ejército que simpre lo ha respetado.
Apartado de los puestos de mando más influyentes en el Imperio, su camino lo lleva hasta un destino inesperado que podrás descubrir en Legado - Trece Tronos 15-. Sin embargo, su nombre está llamado a ser algo más que el hermano del emperador y es que la letras que lo conforman han aparecido en la Columna de los Honores, junto al de Axneon Vakko. Daeryan toma las riendas de su propio sino y la deriva de los acontecimientos varía de forma brutal, llevándolo a ser una de las figuras más destacadas en el extenso árbol genealógico de la dinastía imperial, a pesar de no haber ocupado nunca el trono. Su papel frente de esas legiones de las que había sido apartado, resulta fundamental para aplastar la Revolución Oscura nigromante y vengar así a sus progenitores. Pese a lo cual, Ántico no es capaz de asentar la invasión de las terras nigromantes.
Su rol y sus actos juegan un papel fundamental en la historia de la Vakko y todo junto supone un punto de inflexión en algo de vital importancia. Nada es lo mismo para la familia de invasores a partir de este momento, a pesar de lo singular de Daeryan, en vida y hasta en muerte.
El gobierno de su hermano se salda con la conquista de Kaulas, una terra que, históricamente ha resultado un quebradero de cabeza para el Imperio, pero también la pérdida de Telasia, que había estado bajo dominio ántico desde los tiempos de Tanray. De igual manera y, por primera vez, la terra licántropa de Sorutz cae bajo la soberanía de los brujos, algo en lo que desarrolla un papel fundamental el general de la Leggio, licántropo, Veirog Hurztrend, hombre de máxima confianza de Daeryan y, según algunos, algo más.






Con el gobierno de Eadny Vakko, que logar sumar tres terras más al férreo dominio de su padre (Imblion, Estyria y Vieros) llega, probablemente, una de las épocas más estables del Imperio, a pesar de las distintas formas de entender su crecimiento que poseen las diferentes emperatrices. Las etapas donde las legiones toman un mayor protagonismo no lo hacen de manera sanguinaria, aunque sí firme y estas se combinan con etapas en las que las dueñas del Quinto Trono de la Tormenta optan por el diálogo, la diplomacia y las buenas maneras. Aun así, el saldo obtenido por cada una de las emperatrices sí viene marcado por claras diferencias entre las que destacan las numerosas pérdidas de terras a manos de Aivia, excéntrica emperatriz que descuida en demasía su labor al frente del trono, obsesionada por todo cuando podría obtener de las islas oscuras.
Imblion, Estyria, Vieros y Arleah le arrancan un pedazo considerable al Imperio, si bien Telasia, terra que no ha dado pocos problemas a Ántico, sucumbe de nuevo a du dominio. En contraste con esto, las Memorias Dinásticas destacan la labor de Ottym Vakko, que vuelve a recuperarlas todas. Es, probablemente, una de las eras más esplendorosas del Imperio, que posee bajo su dominio seis de las doce terras que aspira a conquistar.
EADNY
AIVIA
HAMLYA
THYLIA
OTTYM
YADA



En este punto de la historia, llegamos a los nombres conocidos de la saga. Urma, Alasha y, especialmente, Doroyan. A su abuela, la nombre el protagonista en más de una ocasión, aludiendo, especialmente a algunas de sus formas de pensar. Lo mismo sucede con Alasha a la que, si bien no conoceremos de forma directa hasta su relato, sí sabemos que protagonizó un gobierno corto que derivó en la herencia al trono para su hermano.
Pérdidas y conquistas de terras en un número no demasiado significativo por parte de las dos mujeres y hasta la llegada de Doroyan. Con él en el trono, Ántico asienta su domino en Catarno, Domarna, Kaulas e Imblion. Conquistas que, por supuesto, las Memorias Dinásticas le reconocen al emperador, pero que no pueden ir desligadas, de ninguna manera, al nombre de Resryon Vakko, su hijo, brillante general al frente de la Leggio.


URMA
ALASHA
DOROYAN
RESRYON
Bajo el gobierno de Doroyan Vakko tiene lugar otra de esas fechas señaladas en la historia de Ántico: La Noche de Sangre. El emperador prepara la sucesión al trono, siendo su hija Ascya la que tomará su relevo. Todos auguran una continuidad indiscutible para el esplendor de Ántico, pues el pueblo conoce del carácter decidido y aguerrido de la princesa, pero nada llega a darse como se esperaba y, tras las circunstancias acontecidas en Leggion y Fénix, es una joven llamada Liatli Hassul -a la que conocemos mucho antes, por supuesto- la que ocupa el trono, rompiendo con muchos de los símbolos que, históricamente, se habían asentado en el Imperio, tales como la Lágrima del Renacer y hasta con la Leggio, que pasa a denominarse Timoria, recuperando las antiguas legiones de Tanray y sustituyendo el negro y dorado tan característico de sus armaduras por el rojo.
A pesar de este paralelismo, Liatli afirma llegar con un fin muy distinto al que movió a Tanray. No desea conquistar ni someter a ninguna de las doce terras restantes. Su llegada, sin embargo, se toma con escepticismo y recelo.




ASCYA
LIATLI
Este suceso da inicio a la saga de literatura fantástica juvenil Trece Tronos. De la mano de sus protagonistas no será preciso que te adentres en las páginas de las Memorias Dinásticas, que siempre adornan el mito y obvian la dificultad. En este caso serán otras páginas, las de esta saga, las que te lleven de primera mano a través de la historia del último emperador.


El tiempo es siempre quien juzga nuestras acciones y actos. Lo mismo sucederá con la dinastía bruja de la Vakko que, además, encajará la sentencia del lector. Héroes, villanos, buenos, malos. Creo que el análisis exige mucha más complejidad, pero cada cual hará -o no- el suyo y determinará, como parte de la historia, lo que le suscite la dinastía bruja o sus diferentes miembros.
Más allá de eso, hablamos de una historia de 600 años, de un legado que pasó de mano en mano y con el que todos cumplieron en mayor o menor grado, de una forma u otra. Vidas tras vidas, años tras años y nosotros, con la magia que nos concede la literatura, vamos a vivirlos todos de primera mano. Nadie nos contará lo que hicieron, cómo pensaban, por qué actuaron de un modo u otro. Estaremos ahí y conformaremos nuestras filias y fobias, nuestros amores y nuestros odios, nuestras simpatías y nuestras antipatías. Nuestros sentimientos. Generarlos es mágico.
Y por todo ello, yo personalmente, le estaré eternamente agradecida a la dinastía bruja de la VAKKO.
RESRYON
