La otra fantasía

La mitología no deja de ser una forma de fantasía. Diversa, diferente, un modo de explicar diferentes aspectos de las distintas culturas a través de relatos fabulosos, personajes mágicos, lugares fascinantes y sucesos increíbles. Otra forma de fantasía. Y en Trece Tronos podrás encontrar algunos de esos mitos fantásticos con una vuelta de tuerca adaptada a la trama.

¿Quién no conoce a Caronte? En la mitología griega, es el encargado de llevar a los muertos al Hades, surcando el río Aqueronte. La creencia popular los llevaba a colocar un óbolo (una moneda antigua) en la boca el difunto para que pudiera pagar el paso, pues de lo contrario serían condenados a vagar por la orilla del río.

En Trece Tronos, el barquero tiene una misión similar. Después de que Tanray Vakko llevase a cabo el famoso pacto con el barquero, este se dedica a cobrarlo durante años y años más años. El citado trato se rubrica con la creación de la Vía Negra, que puso el Imperio de la Noche patas arriba (ver en Caronte - Trece Tronos 9 - El Origen de la Dinastía). Este es un camino negro que surca toda Átraro y que, cada cien noches, se llena de agua para que el barquero pueda salir de paseo. Todo incauto que se acerque al sendero oscuro pagará las consecuencias, pues Caronte y los espectros que arrastra bajo la barcaza se apoderarán de su alma.

Y es que aquí nuestro peculiar barquero no lidia con muertos, sino con vivos. Aunque al final acabe convirtiéndolos en eso, en muertos.

¿Y qué papel tienen las monedas en todo esto? Para empezar, aquí no hablamos de óbolos, sino de arkanais, las monedas dorada con la que se selló el trato y que habrán de ser devueltas cuando el mismo expire. En torno a estas monedas, a lo largo de los años, ha existido una gran expectación y el deseo por hacerse con ellas, convencidos muchos de que es la forma de acabar con los paseos de Caronte que siembran el terror en el Imperio de la Noche. Oye, ¿y qué pasa con las tierras de la luz? Pues que tendrás que leer la saga para saberlo.

Caronte, el barquero del Inframundo

Aun estando basado en el Inframundo griego, el de Trece Tronos tiene importantes retoques adaptados a la historia. Las islas de Beática, los Elíesos, Los Prados y Edenis, así como los Fuegos de Athalion le conceden al Inframundo una nueva dimensión, fundiéndose con lo más clásico del 'Más Allá' mitológico que, por supuesto, también he dispuesto a mi manera. 

El Inframundo

Los Nueve Círculos del Infierno

En el mundo fantástico de Trece Tronos, Inframundo y Submundo son dos lugares distintos. Mientras el primero de ellos, alberga el clásico Más Allá de la mitología griega con Caronte como epicentro del mismo, el último sería algo así como el Infierno.

Haciendo uso de los nueve peculiares pecados que narraba Dante en la Divina Comedia, los nueve círculos son tal cual: El Limbo, Lujuria, Gula, Avaricia, Ira, Herejía, Violencia, Fraude y Traición. De todo esto oiremos hablar por primera vez en Skrive, la novena novela de la saga y segunda de la bilogía 'El Origen de la Dinastía', pero no será hasta Velzur (décimo cuarta entrega) que accederemos nosotros mismos al submundo para conocerlo en toda su extensión.

Los Nueve Círculos están gobernados por pretores y a sus territorios también les conoce como pretorías. Estos son sus dueños:

Ícaro

Hijo de Dédalo en la mitología griega, este construyó unas alas de cera para él mismo y su hijo con el fin de poder escapar de la isla de Creta. Ícaro se acercó demasiado al sol y sus alas se derritieron, haciéndolo caer al mar. 

En Trece Tronos, la aparición del mito de Ícaro no va a estar relacionada directamente con el personaje, aunque sí con algo que, metafóricamente, tiene que ver con la leyenda. Ícaro es algo que aparecerá en la última novela de la saga, relacionado con el exceso de ambición de alguien y, por supuesto, con el eje central de la saga: los tronos. Con un secreto muy antiguo y desconocido.

En consonancia con el mito de Ícaro del que hablábamos anteriormente, está el laberinto de Creta, donde el rey Minos ordenó encerrar al Minotauro, un monstruo mitad hombre, mitad todo. Dédalo fue el encargo de llevar a cabo tamaña obra y aquí, en Trece Tronos, Kreta (con K) será la tercer de las prisiones de Mythos. La primera es la de Akiteria, que la conocemos en Reo. La segunda es la de Liverna, que la descubrimos en la novela que lleva por título su propio nombre y también en Imperio. Y esta será la definitiva. Estará ubicada en el Submundo y exigirá a nuestros protas una dura prueba. Este lugar está relacionado con el mito de Ícaro al que aludíamos antes. 

El Laberinto de Creta