Cuando Claudia acepta acudir a la cena aniversario de su promoción en el instituto, poco podía imaginar lo que iba a cambiar su vida.
Encantada de reencontrarse con esas amigas con las que nunca ha perdido el contacto a pesar de estar viviendo y trabajando en Estados Unidos, Claudia echa en falta la presencia de Marcos, su amor platónico en aquella época.
A escasamente medio año de casarse con su prometido, acepta la locura que se les ocurre a sus amigas de buscar a Marcos y llevar a cabo una 'despedida de soltera' a la altura, zanjando aquel particular asunto pendiente, algo que ella se toma a risa.
Reencontrarse con Marcos, sin embargo, la sitúa en una escena imposible de imaginar y a pesar de lo racional y sensata que siempre ha sido, decide abandonarse a una locura con fecha de caducidad.